Miguel de Unamuno en la pluma de Azorín
AZORÍN NARRA LA LLEGADA DE MIGUEL DE UNAMUNO A MADRID EN 1906 PARA DAR UNA CONFERENCIA EN EL CONGRESO. SU PRESENCIA SIEMPRE ERA ALENTADORA
Azorín había comenzado a escribir en el diario ABC como cronista parlamentario. En uno de sus sueltos describe la llegada de don Miguel de Unamuno en tren a Madrid, en 1906, para dar una conferencia en el Congreso sobre la situación política y social de España. Ya hacía seis años que era Rector de la Universidad de Salamanca y su palabra causaba gran expectación. Cuando todos le esperaban en la estación del Norte, apareció en la de Delicias, pero Azorín ya había recibido un telegrama de él comunicándole el cambio. Era invierno y, en medio de un frío helador, describe aquel momento con su habitual estilo llano y sencillo:
«… Y entonces, entre la gente, abriéndonos paso difícilmente, tratamos de llegar hasta los últimos coches del tren. Pero no fue necesario. Apenas habíamos andado unos pasos cuando el que marchaba delante gritó: “Aquí está”. Y vimos todos, entre los amplios sombreros de labriegos castellanos, aparecer el redondo sombrerillo que él llevaba siempre y lucir los redondos espejuelos de sus gafas. Nos acercamos a él y estrechamos su mano.
“¿Y es verdad lo que dicen de que no lleva nunca gabán en inverno?”. “Es cierto. Él vive en una de las regiones más frías de España y, sin embargo, va siempre a cuerpo. Es más, el mismo traje que usa en verano lo usa también en invierno: un traje de lanilla ligera, de azul oscuro”. “Es extraño, debe ser un hombre fuerte”. “Es hombre de fortaleza, de batalla” “Ayer, como siempre, no llevaba ni capa ni gabán, ni abrigo de ninguna especie. Bajó del tren con su terno de verano, nos tendió sencillamente sus manos, enfundadas en recios guantes de gamuza, y comenzamos a caminar cuesta arriba hacia Madrid, como si regresáramos de un paseo”.
“¿Y qué opina usted: ocurrirá algo mañana en la conferencia?” “Yo no sé, creo que no. Lo que sí sé es que se trata de un hombre sincero, con personalidad original, fuerte, honda, y que, en todo caso, su discurso no será un discurso vulgar. Los que estamos acostumbrados a la oratoria parlamentaria nos encontraremos despistados, desorientados, veremos que aquello es otra cosa totalmente diversa de lo que oímos todos los días”.
(Fotos CMU/USAL)
Miguel de Unamuno
José Martínez Ruiz ‘Azorín’